El sábado 14 de enero de 2017 alrededor de unos 60 peregrinos nos concentramos en la puerta de San Miguel de la Catedral de Sevilla para iniciar la primera etapa de la Vía de la Plata entre Sevilla y Guillena. Tras partir de la Catedral las flechas y los azulejos nos conducen por una serie de calles hasta abandonar la ciudad; pasamos el Puente de Triana y tras pasar la capilla del Cachorro, en las escalinatas donde se encuentra el mural de la catedral de Santiago y el miliario nos hicimos la foto correspondiente al inicio del Camino.
Atravesamos el río Guadalquivir, el camino es completamente llano, y en el horizonte muy pronto vemos la silueta de la Torre del Monasterio de San Isidoro del Campo, es nuestra referencia en el camino para llegar a Santiponce. Atravesamos Santiponce por su calle principal y al final de la misma nos encontramos las ruinas de la vieja Itálica que quedan a nuestra izquierda. En este lugar hicimos un alto en el camino que aprovechamos para descansar y reponer fuerzas que nos harían falta para terminar la etapa.
Una vez hecho esto continuamos por el arcén de la carretera hasta llegar al comienzo de la famosa recta de emasesa, que en esta ocasión no cogemos, pues vamos a ir por la variante, para en caso de lluvias, por la Algaba y Torre la Reina para terminar en Guillena, variante que se inaugura con esta salida. Seguimos unos cuantos metros más por el arcén de la carretera, seguidamente cogimos unas correderas a la derecha e izquierda de esta carretera que llega a la Algaba. En la Algaba cogemos el Cordel de Guillena, es un camino, que va entre campos de naranjos y pequeñas fincas rurales y siguiendo las flechas amarilla llegamos a Torre la Reina, tras recorrer 21,300 km. Aquí prácticamente la mitad de la expedición decide dar por finalizado su camino y descansar y comer en esta localidad hasta ser recogidos.
El resto del grupo continuó por un camino paralelo al río Rivera de Huelva, para llegar a Guillena. El camino está perfectamente señalizado con flechas amarillas. El Rivera de Huelva al llevar bastante caudal, solo unos pocos lo vadearon `por el primer vado, el resto prefirió seguir caminando por la rivera hasta cruzar, el río por el puente que da acceso a Guillena.
Climatológicamente tuvimos un buen día. El sol nos acompañó durante toda la jornada; aunque la temperatura al principio estuvo un poco fresca, tirando a fría, luego según el día iba avanzando fue subiendo, para convertirse en agradable.