El sábado 24 de febrero nos desplazamos al Camino Mozárabe para hacer la etapa entre Córdoba y Cerro Muriano. La última vez que hicimos esta misma etapa fue en enero de 2011. En esta ocasión nos desplazamos 41 peregrinos capitaneados por nuestro presidente Juan Ramos. El autobús nos dejó al lado de la Torre de Calahorra, en la orilla izquierda del Guadalquivir, al bajarnos del bus, el frío nos dio de lleno en la cara, la mañana estaba fría. Allí nos aguardaban Isidro Rodríguez, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Córdoba, junto con varios miembros de la misma; los cuales nos acompañaron a lo largo de la etapa, haciéndonosla más agradable.
Atravesamos el río Guadalquivir, siguiendo la señalización jacobea de azulejos con vieira y flecha amarilla, fuimos callejeando, para salir de la ciudad de Córdoba, al pasar por la Iglesia Parroquial de Santiago nos detuvimos unos minutos para contemplarla y recibir unas explicaciones sobre la misma. Al llegar a la avenida de Carlos III nos encontramos con el primer hito de granito de la etapa.
Ya en las afueras de Córdoba pasamos sobre un puente de origen romano, sobre el arroyo Pedroches. Poco a poco vamos ascendiendo sin apenas darnos cuenta. Haya determinados momentos en los que volvíamos la vista a tras y observábamos unas vistas preciosas de la ciudad de Córdoba. Enfrente nuestra cada vez estaba más cerca la Sierra. En un principio caminamos entre urbanizaciones y rodeados de pinos y eucaliptos siguiendo la Cañada Real Soriana, heredera de la Vía Romana Corduba – Emerita.
Al llegar cerca del Santuario de Nuestra Señora de Linares, nos desviamos para visitarlo y al mismo tiempo hicimos una parada para descansar y reponer fuerzas. Seguidamente nos acercamos a ver un pequeño puente romano de un solo ojo, el cual necesita una obra de mantenimiento si queremos que perdure en el tiempo. A partir de ahora el paisaje es de matorral y encinar y comenzamos una subida con una fuerte pendiente hasta llegar a la Loma de los Escalones. El ascenso no termina, sigue, pero es mucho más suave .y llevadero.
Atravesamos una antigua vía del ferrocarril, junto a una casilla de uso ferroviario. Nos encontramos con una placa colocada por la Asociación de Amigos del Camino de Córdoba en memoria del que fuera su Presidente Vicente Mora Benavente y sobre la roca unos grabados de una vieira con la cruz de Santiago y una mano, símbolo de esperanza y futuro. Caminamos unos metros pegados al arcén de la carretera, la cual cruzamos e iniciamos el último repecho de la etapa de hoy, repecho corto, pero duro, entre jaras y encinas. Una vez en la cima por un suave descenso entre pinos y encinas entramos en Cerro Muriano. Allí nos dirigimos todos a un bar concertado para comer todos juntos y tener unos momentos de confraternización entre ambas Asociaciones.