“EL BARRIO DEL ARENAL Y EL HOSPITAL DE LA CARIDAD”
En esta quinta visita cultural del presente curso tuvimos que cambiar nuestro tradicional horario matutino por el vespertino debido a que el hospital de la Caridad no permite las visitas en horario de mañana en los fines de semana.
El recorrido se inició junto a la fuente de Hispalis en la Puerta Jerez a las cinco de la tarde. Comenzó con una breve disertación de nuestro guía Manu, explicando el entorno del punto en que estábamos, donde hasta el siglo XIX discurría el arroyo Tagarete y paralelamente la muralla de la ciudad y donde se emplazaba la puerta de Jerez que da nombre a la plaza; igualmente se ubicaba el colegio de Santa María de Jesús, creación de Maese Rodrigo y germen de la posterior universidad sevillana. Todo ello en un espacio muy modificado a finales del XIX y principios del XX, con el entubamiento del Tagarete, la demolición de las murallas, de su puerta y de buena parte del Colegio para la apertura de la actual avenida de la Constitución y del que solo se mantiene en pie la capilla de la esquina de la avenida con la plaza, y la implantación de la fuente de Hispalis en 1.929, obra Manuel Delgado Brackembury, con sus recientemente repuestos “meones”. Por último hizo referencia a los dos palacios que dan frente a la plaza, el de los condes de Aguiar, popularmente conocido como Casa Guardiola, y el de Yanduri, donde nació el poeta Vicente Aleixandre, premio Nobel de literatura.
A continuación, Manu nos explicó el origen del actual barrio del Arenal, con los dos arrabales históricos ubicados junto a la zona portuaria: el de Cestería y el de Carretería, con una zona desurbanizada entre ambos, conocida como Baratillo o Malbaratillo donde se acumulaban las basuras hasta formar un pequeño monte o muladar y que debe su nombre a que servía como lugar de “trapicheos” de objetos robados y de segunda mano. En dicha zona se implantó la plaza de toros, primero con entramado de madera y a partir del siglo XVIII con estructura de fábrica de ladrillo y pétrea; asimismo se ubicó el convento agustino del Pópulo, donde ahora está el mercado del Arenal. El arrabal de Cestería comprendería las actuales calles Santas Patronas, Galera y Pastor y Landero, y el arrabal de Carretería estaría delimitado por las actuales calles Arfe, Antonia Díaz, Velarde y Dos de Mayo.
Desde la puerta de Jerez iniciamos un paseo adentrándonos primero en la antigua Casa de la Moneda, parándonos brevemente en la esquina de la calle Maese Rodrigo para contemplar la lápida allí colocada y que estuvo en su momento sobre el arco de la puerta de Jerez de la muralla. Callejeando por la Casa de la Moneda pasamos por la casa natal del Pali y desembocamos en la calle Santander a la altura de donde estuvo el Postigo del Carbón, donde aún se aprecian restos de la muralla. A continuación nos adentramos en el interior de la manzana para contemplar la Torre de la Plata y los lienzos de muralla que allí se conservan, incluida parte del muro o coracha que terminaba en la Torre del Oro, torre albarrana de planta dodecagonal, construida en 1221 que servía de cierre de la zona portuaria. Llama la atención cómo el paseo superior de esa coracha coincide con el nivel de la actual puerta de acceso a la torre, por lo que debemos imaginar cuánto se ha elevado el nivel del terreno en este sector que antes era un arenal en forma de playa junto al río que permitía hacer llegar las embarcaciones hasta las atarazanas del siglo XIII, aprovechando el curso de las mareas.
La Torre del Oro nunca estuvo cubierta por azulejos dorados, como en algunos escritos se menciona, ni sirvió para almacenar el oro proveniente de las Indias. Su nombre proviene seguramente del revoco con mortero de cal y paja que en su momento tuvo su fachada y que generaba un reflejo dorado con la luz solar. La torre tiene tres cuerpos, el primero almohade de gran altura, el segundo a modo de castillete que probablemente es del siglo XIV, en época del reinado de Pedro I, y el tercero que es una pequeña linterna rematada por cúpula semiesférica obra del siglo XVIII proyectada por el ingeniero Sebastián Van der Borcht autor, entre otras obras, de la fábrica de Tabacos, del cuerpo de acceso a la Casa de la Moneda y de la Puerta del Príncipe en la Maestranza.
Después de la disertación sobre la Torre del Oro nos adentramos en el arrabal de Carretería por la calle Velarde, llegando a la calle Pavía donde se encontraban los lavaderos del Hospital de la Caridad como atestigua un azulejo en la fachada del edificio que ocupa su lugar. En la esquina con la calle Real de la Carretería pudimos contemplar tres azulejos de 1771-72, cuando el asistente Pablo de Olavide rotuló las calles, numeró las casas y estructuró la ciudad en Cuarteles, Barrios y Manzanas. Luego se nos comentó que la actual capilla de la hermandad de la Carretería que sale procesionalmente el Viernes Santo tuvo su origen en la ermita de los Tres Dolores del gremio de los toneleros, y que los dos grandes faroles existentes a ambos lados de la puerta de la capilla provienen de la fachada de un bazar que en su día estuvo situado en la calle Tetuán.
Siguiendo con el paseo se nos habló de la plaza de toros, de su lento proceso de construcción, del irregular trazado del coso y de la Ermita de Nuestra Señora de la Caridad, origen de la actual sede de la hermandad del Baratillo.
Por fin llegamos hasta el punto culmen de la jornada: el Hospital de la Caridad, sede de la Hermandad de la Santa Caridad, institución creada para la atención de pobres y desvalidos, y el enterramiento de estos y de las personas ahogadas en el río.
La construcción comenzó por la iglesia dedicada a San Jorge, ocupando parte de las atarazanas. Con posterioridad, en 1662, se incorpora a la Hermandad Miguel de Mañara, tras el fallecimiento de su esposa, pasando a dirigir la institución al año siguiente y dando nuevos bríos a la construcción con el inicio del hospital propiamente dicho en nuevas naves de las atarazanas, las situadas entre la iglesia y la Aduana, consiguiendo así labrar un lugar donde acoger a los más necesitados que hasta ese momento carecían de techo.
Cuando nos disponíamos a acceder al interior del hospital para el que teníamos concertada la entrada a las seis de la tarde, nos comenta el personal de control que ha habido un error, que creían que nuestra llegada era a las cinco y que ya no es posible entrar porque va a dar comienzo un funeral.
Después de este grave contratiempo y de sopesar posibles alternativas, se decidió posponer la visita del hospital para otro día. Y dar por finalizada la jornada con las explicaciones de nuestro guía acerca de la fachada de la iglesia, obra de principios del XVIII del arquitecto Leonardo de Figueroa, que intervino también en San Luis de los Franceses, en la iglesia del Salvador y en el Palacio de San Telmo. En dicha fachada destacan a ambos lados de la puerta las figuras de terracota de los reyes San Fernando y San Hermenegildo en sendas hornacinas y por encima cinco magníficos retablos cerámicos fechados en 1730 de Santiago Apóstol, de San Jorge y los de las tres virtudes teologales, de izquierda a derecha: Fe, Caridad y Esperanza.
Después de ello y un poco cabizbajos por la desagradable sorpresa de no poder acceder al interior del hospital. Nos despedimos emplazándonos para continuar la visita en un próximo día pendiente de concretar.
Fotos del Evento