Se cantan siete antífonas “O”, más como admiración que como invocación.
En ellas puede percibirse los siete dones del Espíritu Santo. Por medio de ellas se recuerda la encarnación, y por ellas la Iglesia invoca la venida de Cristo.
El es, en verdad, la sabiduría, por la que el Padre hizo todas las cosas, que vino, lleno de espíritu de sabiduría, a enseñarnos el camino de la prudencia.
Él es el Adonai que reveló su nombre a Moisés, que dio la ley en el Sinaí, que vino, lleno de espíritu de